Los grandes problemas que hoy abruman a la humanidad y en particular a las personas con alta sensibilidad, tienen su raíz en nuestro interior.
Para encontrar soluciones es imprescindible una comprensión completa y efectiva de lo humano. Así ayudaremos a crecer a las nuevas generaciones desde su originalidad en interdependencia con los demás y el entorno.
Si el Sistema Educativo no cultiva sensibilidad, empatía y creatividad, nos habrá fallado a todos: estudiantes, padres, docentes, comunidades y a la sociedad misma.
Una propuesta prometedora: la Educación Sensible
Se aprecia mucho interés por adaptar a los ciudadanos a un mundo mecanicista. Consideran que hay están las soluciones.
La Educación Sensible va contracorriente. No es mecanicista sino organicista. No adapta a los ciudadanos a un mecanismo global, sino que, adapta la educación a la autenticidad de lo humano. Esto requiere un reconocimiento del mundo orgánico del «yo» y del «nosotros».
La Educación Sensible no busca proporcionar respuestas finales, sino que busca disponer a las personas para que den su respuesta original, en conciencia y no una respuesta adaptativa a un mundo insensible.
Tampoco pretende que cada persona dé una respuesta perfecta, sino que dé una respuesta auténtica, y poco a poco, cada vez más perfecta.
La Educación Sensible busca que cada persona tenga conciencia sensible sobre sí mismo y de lo Otro. Así sabrá configurarse con autodeterminación de forma auténtica y segura.
Sobreeducar no es educar mejor sino educar peor por exceso
Hoy se invierten millones de euros en reformar la educación en todo el mundo. Sin embargo, lamentablemente, gran parte de este esfuerzo se desperdicia porque se concentra en el problema equivocado.
Simplificando, el aprendizaje es una relación entre las cosas y lo humano: por un lado, se plantean cosas con las que mejoramos en competencias. Y por otro, debe estar el descubrimiento que hace la propia persona del que eso tiene, según la sensibilidad de la propia conciencia.
Cada vez hay más educadores expertos en plantear cosas atractivas para lograr que los alumnos aprendan. Con TIC y metodologías innovadoras es posible afrontan grandes retos de aprendizaje. Pero este no es el lugar por donde está entrando agua en la barca de la educación.
El agujero de la educación está en el lado humano que encuentra sentido.
Lo sustancial de la Educación Sensible posibilita la efectividad del desarrollo de competencias y del propio carácter con respecto a la propia autenticidad.
Una educación sensible a la propia conciencia nos hace más sensibles en lo corporal, en lo mental y en lo apertural (espiritual). De este modo, aprendemos a disfrutar más y mejor de la vida. Vivimos en una seguridad con fundamento, abiertos a uno mismo, a los demás, al entorno y a lo que da unidad al conjunto.
Este contenido humano de la educación está dentro de cada persona y, por lo tanto, solo está indirectamente abierto a educadores o manipuladores externos.
Se habla mucho sobre cómo desarrollar competencias, pero se sabe poco sobre cómo ayudar a descubrir el significado personal de la propia vida.
El Sistema Educativo ha concentrado la reforma educativa en las cosas que ya se saben hacer. Como consecuencia, se aplica una “educación” excesiva que ahoga a la persona en un mar de emociones a los que no sabe darles un significado.
Si su sensibilidad no es fina, se endurecerá y aprenderá la manera de adaptarse y complacer a los demás para lograr seguridad y prosperidad. Si su sensibilidad es fina, puede ocurrir que sufran mucho e incluso les consideren con algún tipo de trastorno.
El caso es que la sensibilidad de la conciencia no deja de gritar que quiere autenticidad.
Las sobreproducción ha ensuciado nuestro medioambiente y quemado los recursos naturales. La sobreeducación, ha hecho lo mismo con respecto a la interioridad de las personas.
El lado humano del aprendizaje no puede ser barrido y escondido bajo la alfombra para siempre. La conciencia se rebela y cuanto más sensible es la persona, más se atormenta y se frustra al nadar en lo falso.
El medioambiente tiene sus leyes y lo que está en nuestra mano es adecuarnos con un Desarrollo Sostenible. Las leyes del aprendizaje también deben respetarse y adecuar la educación al desarrollo auténtico de lo humano.
La Educación Sensible ilumina el lado humano del aprendizaje para que todos podamos cultivar la autenticidad con claridad. También ayuda a curar las heridas que se hayan podido generar por la vivencia a oscuras, y entre todos, construiremos un mundo más habitable.