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by Miryam Muñoz Guitart, Cristina Rodríguez Álvarez / diciembre 13, 2021

Isabel Rojas Estapé

Es licenciada en psicología y graduada en periodismo por la universidad Ceu San Pablo se Madrid. Trabaja en el Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas (Consulta Rojas) en donde trata a personas con ansiedad, depresión y trastornos de la personalidad. En los últimos años se ha especializado en la medicina psicosomática…

Es licenciada en psicología y graduada en periodismo por la universidad Ceu San Pablo se Madrid. Trabaja en el Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas (Consulta Rojas) en donde trata a personas con ansiedad, depresión y trastornos de la personalidad. En los últimos años se ha especializado en la medicina psicosomática estableciendo la relación que hay entre la personalidad de cada cual y las posibles enfermedades físicas. Además, lleva el departamento de las relaciones de pareja en donde trata temas emocionales.

Desde hace 6 años es cofundadora de Ilussio Bussiness Consulting, una consultora emocional en donde analiza los problemas de personalidad en el ámbito laboral y cómo afectan estos al pleno rendimiento en la empresa.

Es colaboradora en varios medios de comunicación nacional al igual que ponente y conferenciante en España y en el extranjero.

  1. ¿Cómo conociste el término PAS?

Yo llevo trabajando en la consulta desde hace 11 años y, desde entonces, siempre ha habido un tipo de perfil de persona que era más que sensible. Nosotros siempre en la consulta hablamos de personas sensibles o no tan sensibles. Esto no quiere decir que sean insensibles, pero sí que hay gente a la que le afectan más las cosas y gente a la que le afectan menos. Y había gente que esa sensibilidad la llevaba a un extremo muy fuerte que incluso les acusaba físicamente: mucho cansancio, dolores crónicos, una personalidad muy irritable, que saltaba en cualquier circunstancia… y a raíz de esto los empezamos a llamar los Hipersensibles. Además, lo empezamos a ver, sobre todo, en hombres. Muchos hombres muy sensibles y que tenían esa sensibilidad para cosas muy pequeñas y muy concretas. A partir de aquí, empezamos a investigar si se nacía así o si era fruto del ambiente.

Al tiempo, empecé a leer mucho del mundo de los sensibles, sobre todo, en EEUU, especialmente, Elaine Aron. A través de ella empecé a conocer e indagar sobre las personas altamente sensibles y empecé a conocer las personalidades altamente sensibles.

2. ¿Existen estudios en España para formarse en esto? ¿Cómo te has ido formando tú?

Hace tres años estuve en un Congreso de Psicología con relación a todo lo somático y hablamos sobre cómo los PAS somatizan muchísimo más. Sin embargo, en este congreso había muchos psicólogos que no habían oído nunca hablar sobre el término PAS o no estaban del todo familiarizados con el. Por desgracia hoy en día en España hay muy poquito. De aquí la importancia de dar a conocer este término, pues los PAS, por desgracia, sufren muchísimo y si dan con un psicoterapeuta, psicólogo o un psiquiatra que no entiende estas características, no sólo la terapia no ayuda, sino que “des-ayuda”, por decirlo de alguna forma.

A mí me preguntan muchas veces en consulta:

– Pero, Isabel, entonces… ¿esto es un problema? ¿Es algo malo?

– ¡Para nada! Esto es una característica de la personalidad que bien gestionada, se puede sacar muchísimo provecho.

3. ¿Qué instrumentos utilizas en consulta para medir este rasgo? ¿Utilizas el cuestionario de Aron o utilizas otras escalas?

A casi todos mis pacientes, cuando vienen a consulta, les paso el test de depresión de Beck, el test de ansiedad del doctor Rojas, que lo tenemos validado en consulta y el Estip II, que es un test de personalidad y, en este test de personalidad se ha visto que, el obsesivo con un poco el esquizotípico, suele tener esa característica PAS. Es decir, cuando hay este binomio de estas dos personalidades es cuando indago mucho en si esa persona es PAS o no. Y luego, como a todos los pacientes les hago en consulta una entrevista y los conozco, siempre les hago las preguntas de Aron. No las hago todas, pero si veo que me van contestando que sí, les hago cuatro preguntas muy propias, como la de la arena en los pies, si les molesta los tipos de yogures, las texturas en la alimentación… que, si me van diciendo que sí, generalmente son PAS.

También, he descubierto en los últimos años que hay PAS más puros (por llamarlos de alguna forma) y PAS menos puros. Los primeros son PAS en todos sus sentidos y los otros tienen potenciado algún sentido: tacto, gusto, oído… En cuanto a demostrar si son PAS o no, en el test de ansiedad tienen bastante ansiedad; en el de depresión están justo en el leve, bordeando, porque tienen siempre ese fondo insatisfecho, de tristeza… que los lleva a analizar todo y, en el de personalidad, que suele haber rasgos obsesivos, perfeccionistas, esquizotípicos… Ahí es donde indago más en la personalidad con preguntas propias.

4. Estudiando si el rasgo era más ambiental o temperamental, ¿A qué conclusión habéis llegado?

La conclusión es que todos los PAS vienen genéticamente con algo de sensibilidad. Todos los PAS son sensibles y es algo genético. Que pase al grado PAS (por decirlo de alguna forma) no es genético; es muy ambiental y en esto dependen los 10-12-15 primeros años de vida; de cómo nuestro sistema límbico se haya ido formando. Y esto depende muchísimo del ambiente, de las circunstancias, del afecto, de nuestro apego… A partir de esto se va viendo la evolución. De hecho, yo siempre había pensado que los PAS eran genéticos y ahora no lo puedo asegurar. Es verdad que en España no se ha hecho ninguna investigación sobre ello y los estudios que hay en EEUU no han sentenciado absolutamente nada; pero sí que hay estudios que relacionan sensibilidad y obsesividad afirmando que es algo genético. Potenciarlo o no, depende mucho del entorno, el ambiente, de la gente, de lo que he vivido, cómo lo he vivido, del afecto que me han dado, etc.

5. Michael Pluess va en esta línea. ¿Conoces sus estudios?

Michael tiene algo de lo que yo aprendí mucho, que es sobre el trauma. No habla de trauma, pero sí habla de momentos de ruptura emocional muy potentes. Él ha analizado la relación que hay entre trauma y desarrollo del PAS y el porcentaje era altísimo (no recuerdo exactamente la cifra, pero era un porcentaje del que yo me quedé muy impresionada). Preguntó a muchas personas y llegó a la conclusión de que muchos, tras un trauma, habían desarrollado Alta Sensibilidad.

Yo, por consulta, te puedo decir que las personas que han vivido cosas serias y severas, sobre todo en la infancia (hasta los doce años, que es el periodo en el que se desarrolla la corteza prefrontal), suelen desarrollar una alta sensibilidad. Entendemos trauma como una separación muy dura de los padres, una concatenación de parejas de uno u otro padre, una violación, un abuso, un bullying severo… ahí sí que se suele desarrollar un PAS.

6. Esto es genial saberlo, porque significa que a nivel educativo se puede hacer mucho…

¡Muchísimo! Los PAS, sobre todo en niños pequeños (10-12-15 años), suelen ser considerados como: “¡ay, mira!” “¡Qué cursi es!” “¡Qué blandito!” “¡Se pone a llorar por todo!…”

Es imprescindible saber que es PAS y potenciar las cosas buenas de esa persona: la decoración, lo que conecta con la música, los animales… Potenciar de tal forma que en vez de ser algo negativo, sea algo positivo y que hagan de esa persona un genio en lo que sea.

Hace poco leí que muchos de los grandes genios eran PAS porque sabían ir más allá de las cosas. Por ejemplo, hay un cocinero que sabía las texturas de la comida, su presentación… y hacía de las comidas toda una experiencia. Él decía “Yo siento mucho el plato, y tengo una relación con el plato, con la comida, con los ingredientes… y hablaba de su sensibilidad” y yo pensé: ¡Es PAS!

7. ¿Qué diferencia hay entre alta sensibilidad, sobreexcitabilidad e hiperexcitabilidad?

Hiperexcitabilidad lo había escuchado relacionado con los TDAH. Sobreexcitabilidad no lo había oído. La hiperexcitabilidad hace referencia a lo comportamental y la alta sensibilidad hace referencia a la sensación, a la emoción. Uno es exterior y otro interior.

Lo que puedo decir aquí es que muchos PAS son falsos TDA y cuando les das metilfenidato para concentrar y para potenciar la corteza prefrontal, mejoran, pero no tanto como para que lleguen a hacer el “clic” y estudien y lleguen a concentrarse. Los PAS reciben tantos imputs del mundo exterior (el olor, el sabor, la mirada, lo que he percibido, lo que siento, lo que me han dicho, la conversación del otro…), que se saturan y les cuesta muchísimo centrarse.

Estos niños a las 6/7 de la tarde ya no pueden hacer más. Durante muchos años los niños llegaban a las 5 de la tarde a casa y tenían que ponerse a estudiar y no podían. Ahora se ha descubierto que no era pereza, ni vaguería; sino que había una parte de ese niño/a que no podía y que necesitan su hora/hora y media de descanso. Esto ha llevado a que muchos niños estuvieran sobremedicados con concerta, rubifén… y que no les terminara de hacer efecto la medicación porque realmente eran PAS.

Una de las preguntas que hago con frecuencia en consulta es: ¿Hay un momento del día en el que ya no puedes más y estás harto de todo el mundo y les quieres mandar “a paseo”? Y muchos me dicen que sí, otros que no tanto. Pero los que me dicen que sí y tienen ese punto de irritabilidad de saltar por cualquier cosa del otro (cualquier comentario, cara, acción, reacción…) y que lo reciben como propio, claramente son PAS. Les cuesta enormemente esto.

8. ¿Cómo hacer para no confundir este rasgo con otros trastornos psiquiátricos?

Hay que ser muy fino. Hay que indagar muchísimo en la personalidad del paciente, de la persona que tienes delante.

He tenido muchos pacientes, de hecho, me viene una persona a la mente que me dijo que llevaba 10 años en terapia y que nadie le había dicho que era un PAS. Además, yo se lo dije el primer día: “Bueno, como eres PAS, vamos a trabajar de esta forma y esta y esta” Y él dijo: “¿un qué?”; – ¡Un PAS! Y se echó a llorar. Yo le pedí perdón, porque fui muy directa y no me di cuenta de que se lo tenía que haber dicho con más delicadeza, pero él me comentó que lloraba de felicidad, porque en todo ese tiempo nadie se lo había dicho y al explicárselo, se sentía totalmente identificado.

Lo primero de todo es ser un buen profesional que hile muy fino, que sepa hacer las preguntas correctas y enfocarse en saber si esa persona es un PAS puro o sólo de algún sentido. Después, ver con qué persona el PAS lo desarrolla más. Las PAS tienen lo que se llama “personas foco”. Estas personas son aquellas con las que el rasgo se potencia mucho más: mi madre, mi jefe, mi marido…porque son personas que les afectan mucho más y puede ser por la relación que se tiene con ellas, porque les importa el qué dirán, porque quiero quedar bien con esa persona…

Por tanto, hilar muy fino, indagar en la personalidad, ver si es PAS puro o no y detectar las personas foco.

9. Existen PAS que tengan cierta facilidad para tener ciertas enfermedades? Por ejemplo, ¿Ser PAS y tener fibromialgia?

En el capítulo 3 del libro de mi hermana Marian “Cómo hacer que te pasen cosas buenas” habla del cortisol que es algo que vemos mucho en consulta. El cortisol es la hormona de la ansiedad. El cortisol se activa cada vez que emitimos un pensamiento de hiperalerta. Por ejemplo: imagínate que estás ahí sentada y de repente suena la alarma de incendios y dicen: “¡fuego, fuego!” Sales corriendo, llegas a la calle y luego te dice el portero: “mira, falsa alarma, que estábamos haciendo funcionar el sistema, pero no pasa nada, puedes volver a entrar”. En el momento en el que te vuelves a sentar has tenido un pico de cortisol. Un pico que tarda en bajar unas siete horas. Y en ese momento piensas: “Jo, no me ha salido bien la entrevista, a ver si la podemos repetir la semana que viene…” A la semana siguiente, en el momento en el que te vuelves a sentar para hacer la entrevista y piensas: “imagínate que hoy vuelve a saltar la alarma de incendios”. En ese momento, sólo con pensarlo, vuelves a tener un pico de cortisol.

Esto nos demuestra que el cuerpo no sabe diferenciar el pensamiento de la realidad. Este, como otros, son pensamientos activadores del cortisol, como: “y si esto no me sale bien”, “y mira este lo que me ha dicho”, “no he terminado esto de la universidad”, “me ha llamado mi madre y…” Todos estos pensamientos hacen que estemos en un punto en el que constantemente estamos hiperalerta. El PAS está siempre así: “mira lo que me ha dicho”, “mira esto”, “hay demasiada luz,” “demasiado ruido”,”ay qué yogur, qué raro sabe”, “qué textura”,”qué raro me ha mirado el jefe…”

¿Qué supone tener el cortisol demasiado alto? Que hay otras funciones que están bajas. Cuando el cortisol está alto, nos activa para estar en modo huida: el corazón palpita mucho más rápido, se crean más glóbulos rojos, nuestros alveolos pulmonares se activan, la miosina de nuestros músculos se activa y pone nuestros músculos tensos… y claro, nuestro cuerpo no puede estar así todo el tiempo. De hecho, he tenido en consulta varios pacientes con depresión que realmente lo que tenían era cortisol hiperactivado o crónico durante mucho tiempo.

A los PAS les pasa esto, que viven hiperactivados constantemente, con bajones que llegan a la depresión y luego vuelven a activarse: “venga yo tengo que poder”, “tengo que hacer esto”, “mira lo que me ha dicho…” y este cortisol activado hace que el cuerpo se inflame. Todas nuestras células empiezan a envejecer mucho antes. En el caso de la fibromialgia, la cabeza está muy hiperactivada porque son demasiados imputs (hay ruidos horrorosos, los ruidos molestan, la luz molesta…etc.) los que recibe esa persona.

Muchos casos de fatigas crónicas, dolores de lumbares, dolores gástricos, tensiones acumuladas, dolores de cervicales…, tienen que ver con algo psicológico-somático. Hay una relación directísima entre los obsesivos y la fibromialgia, los PAS y la fatiga crónica, los histriónicos y los dolores gástricos… y todo esto ha crecido por el ritmo de vida que llevamos hoy en día.

10. ¿En consulta trabajas con niños altamente sensibles? En caso afirmativo, ¿Cómo trabajas con ellos?

Los más jóvenes con lo que trabajo son adolescentes de 14-15 años. La psicología infanto-juvenil está cambiando tan rápido que me estoy centrando más en adultos.

Tengo una paciente con la que trabajo indirectamente. Ella es PAS y tres de sus cuatro hijos son PAS.

Lo fundamental con estas personas es saber detectar que son PAS y que ellos lo sepan para entenderse a sí mismos. Después ver si son puros o no. Una vez visto esto, ver cuáles son sus momentos vitamina, detectar qué cosas le vienen bien, por ejemplo: su hora de merienda.

Con esta madre, por ejemplo, hemos descubierto que su segundo hijo necesita leer una hora cuando llega del colegio. Es su momento de desfogue, de bajar intensidad y, una vez ha leído, ya se puede poner a estudiar.

En el caso del último, que la madre dice que también es PAS, lo que le ocurre es que le afecta muchísimo estar con los tres hermanos una vez viene del colegio. Al principio pensaban que se llevaba mal con sus hermanos y no es eso, él necesita jugar un ratito el sólo y luego ya puede jugar con sus hermanos. Por eso incido en que hay que hacer una obra de ingeniería psicológica, donde conocemos al paciente, vemos qué cosas buenas tiene y no tan buenas, qué cosas le afectan, qué cosas le vienen bien… e ir haciendo un “encaje de bolillos” para ayudar a los padres a que entiendan también a sus hijos.

11. Imagino que esas actividades tienen que ser siempre relajantes. ¿Jugarían a un videojuego?

A veces sí, pero una vez acaban, terminan aún más cansados. Es un error darle una pantalla a cualquier niño, pero mucho más a un PAS. Les satura. En el momento en el que están jugando les relaja, pero cuando acaban están súper saturados.

Las actividades, más que ser tranquilas tienen que ser solitarias. Aquí recomiendo que cada niño encuentre lo que le gusta: pintar, dibujar, sentarse, ver un paisaje, mirar por la ventana… Recuerdo un padre que me decía: “Mi hijo puede estar media hora mirando por la ventana. Es verdad que vivimos delante de un jardín precioso, pero ¡media hora!”. Ese niño necesitaba ese rato para bajar intensidad y luego ponerse a estudiar.

12. ¿Crees que debería haber alguna guía educativa o algo que ayude a los maestros para poder atender a los niños con alta sensibilidad?

Claro que sí. Todo lo que sea dar a conocer y que la gente esté sensibilizada con este tema, mejor.

Es verdad que ahora hay mucho como: “¡Ay, pobrecito, es muy sensible! Esto no se lo digas…” y esto tampoco es. De momento yo voy haciendo lo que puedo en mi gremio, mi hermana entre los psiquiatras. Mi padre al principio no lo aceptaba, pero a raíz de leerse el libro de Aron cambió de idea. Los que no lo aceptan dicen que simplemente son sensibles y que tienen que dejar de serlo.

En cualquier proceso uno tiene que conocerse y luego comprenderse para poder aceptarse. En el caso de los PAS tienen que hacer un gran esfuerzo para aceptarse, para posteriormente poder superarse.

El PAS no puede dejar de ser sensible. No puede obviar cómo es. Yo digo constantemente que el PAS tiene que desconectar a las 7 de la tarde y aceptar que hay cosas que a uno le vienen mal. Y esto hay que aceptarlo. Esto no es una tara, es una característica. Si se es hipersensible, hay que canalizar esa sensibilidad de forma positiva, pero sin dejar de ser sensible. Para un PAS, día que ha dormido poco, que ha tenido mucho trabajo, que ha comido mal… mejor no llamar a la persona tóxica. Muchas veces esta persona es la madre. No significa que voy a cortar la relación con mi madre, sino que no es el mejor día. Para ello es importantísimo saber conocerse y ver qué cosas le afectan a uno más o menos.

13. Relacionado con tu tesis ¿Las PAS pueden llegar a ser felices o tienen dificultad para ello?

El PAS si no es tratado, es muy difícil que llegue a ser feliz, porque una de las cosas que tiene el PAS es que tiene un fondo negativo. La relación negatividad-PAS es altísima. Como se fijan más en lo que falta, en lo malo, siempre hay un sentido de vacío existencial. “Todo es mejorable”, “podría ser más positivo”, “esto no es suficientemente bueno…” El PAS suele tener una personalidad con rasgos depresivos.

Es muy complicado que una PAS que no sepa que es PAS y que no se trate, pueda ser feliz. No tengo datos fidedignos de esta relación, pero sí puedo decir que el porcentaje sería altísimo. Ahora bien, si lo sabe y se trata, sí creo que pueden ser felices.

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