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by Bárbara Marina Martens, Sonsoles Navarro Rubio / junio 7, 2023

La importancia de la Educación Prenatal Sensible

La Educación Prenatal Sensible es un enfoque multidisciplinar que busca proporcionar información y
apoyo a las mujeres embarazadas y a sus parejas, con el objetivo de mejorar la salud y el bienestar
tanto de la madre como del bebé durante el embarazo y después del nacimiento

“Las madres, durante el embarazo, atenderán con cuidado a su propio régimen, y se guardarán bien de permanecer inactivas y de alimentarse ligeramente.”

Aristóteles, Política libro cuarto, capítulo XIV; s IV AC)

La Educación Prenatal Sensible es un enfoque multidisciplinar que busca proporcionar información y apoyo a las mujeres embarazadas y a sus parejas, con el objetivo de mejorar la salud y el bienestar tanto de la madre como del bebé durante el embarazo y después del nacimiento. Este enfoque se centra en la importancia de una atención sensible, holística y centrada en la persona, en lugar de simplemente proporcionar información sobre la biología del embarazo y el parto.

La Educación Prenatal Sensible se basa en varios principios clave:

1. Respetar la diversidad cultural

Se reconoce y valora la diversidad cultural, y se fomenta una educación prenatal que sea sensible y respetuosa con las diferentes tradiciones culturales y creencias. Así mismo, no toda manifestación cultural es sensible, y una educación prenatal sensible, es asertiva no tolerar manifestaciones culturales insensibles, como por ejemplo lo que cuenta Plutarco de ciertos espartanos, que descartaban a los niños con defectos físicos visibles y los abandonaban a la intemperie para que murieran o fueran devorados por los animales. En este sentido, se es sensible con las culturas porque no se señala a todos, sino a los que realizan prácticas insensibles dentro de una cultura o en nombre de su cultura, de sus tradiciones, de sus creencias.

2. Fomentar el vínculo entre la madre y el bebé

Se promueve el contacto temprano entre la madre y el bebé para ayudar a fortalecer el vínculo emocional entre ellos. También, aunque de otro modo, se procura una relación profunda y próxima del padre y e bebé y del padre con la madre, que hace mucho bien al bebé. Y siempre en la medida de lo que es posible y siempre con la confianza de que el amor origen que ha dado a la existencia a la persona, puede colmar, e incluso sobreabundar por las heridas, abandono o rechazo que los progenitores.

3. Apoyar la toma de decisiones informadas

Se ofrece información clara, objetiva, completa y auténtica sobre las diferentes opciones de atención médica y se alienta a las madres y a sus parejas a tomar decisiones informadas y autónomas. Es muy importante que la información sea auténtica, es decir, habite en la originalidad de la existencia, de lo contrario, se da una falsa objetividad, relativa a una parcela de la realidad.

La información clara, objetiva, completa y auténtica supone considerar todos los aspectos de una antropología humana abierta o tridimensional, en la que la persona no es un «yo» en abstracto, sino es un «yo y su circunstancia» como diría Ortega y Gasset.

La persona co-existe y todo «yo» es además un «nosotros» conectado con su origen. Si para arreglar una injusticia que se comete conmigo cometo una injusticia con otra persona, tal vez se arregle la primera injusticia, pero vivir con la culpa de la injusticia cometida a otra persona desde la sensibilidad es una fuente de sufrimiento.

Con todo, y en particular con una mujer que ha sido madre sin querer serlo o ante una venida de un niño que no se ajusta a sus expectativas, se le debe acompañar durante la toma de la decisión y sea cual sea la decisión que tome con respecto al futuro de su hijo, a esa mujer se le debe acoger, acompañar con empatía y la comunidad debe ofrecerle a ella y su hijo, lo mejor con ojos de compasión y valoración de su dignidad original absoluta, más allá de que se pueda considerar que una decisión no haya sido digna o acertada; no habrá que juzgar, sino acoger para cicatrizar heridas del corazón, desatar de sentimientos, pensamientos y comportamientos que atan a la mujer y dificultan que siga realizando su originalidad absoluta y ayudarla a que se libere de toda influencia que le lleve al miedo, a la tristeza, a la angustia, en definitiva, a toda oscuridad y penuria.

Si no se considera este marco sensible al origen y lo originado en su totalidad, la objetividad no es absoluta, se hace reduccionista, relativa a un ámbito, necesidad o momento de la vida de la persona o con una visión parcial. Al principio parece acertada dentro de ciertos parámetros, pero la persona que va más allá de los reduccionismo circunstanciales, al poco se aprecia que la decisión no ha sido acertada para vivir en paz y con alegría.

Por ejemplo, unos montañeros están agotados y deciden dejar sus mochilas. Objetivamente, viajan más aliviados, pero al poco se dan cuenta que llega el hambre, el frío. Les ha faltado una cosmovisión más amplia en su decisión. Es importante considerar todos los aspectos de la vida y todas las dimensiones de la persona.

4. Promover el cuidado integral de la salud

Se fomenta el cuidado integral de la salud de la madre, del bebé, de la familia, de la comunidad y de la sociedad, porque como diría Anaxágoras «todo tiene que ver con todo». Así, el cuidado integral requiere abordar tanto los aspectos de salud corporales, mental y apertural (o espiritual como se le ha llamado tradicionalmente a la tercera dimensión que nos diferencia del resto de los animales cerrados por el instinto y nos vincula con la interioridad de las demás personas y con el origen en persona.

5. Proporcionar apoyo continuo

Se brinda apoyo y acompañamiento durante todo el proceso del embarazo, el parto y el postparto.

También se procura una educación sensible para la maternidad y la paternidad previa, que dispone a los progenitores a una relación de amor maduro que es fuente de riqueza para la mejor concepción posible.

Modos de practicar la educación prenatal sensible

La Educación Prenatal Sensible puede incluir diferentes elementos, como sesiones educativas, grupos
de apoyo y talleres prácticos.

Los temas que se suelen abordar incluyen el desarrollo fetal, la nutrición adecuada durante el embarazo, la preparación para el parto, las opciones de atención médica durante el parto, la lactancia materna y el cuidado del recién nacido. Todo esto desde la cosmovisión tridimensional de la persona como cuerpo, mente y apertura.

Este enfoque ha demostrado ser efectivo en mejorar la salud materna y neonatal, así como en aumentar
la satisfacción de las mujeres con su experiencia de parto y su capacidad para cuidar a sus bebés.
También ha mostrado una reducción en la tasa de cesáreas innecesarias.

Hace décadas, los pioneros de la psicología prenatal concluyeron a partir de las descripciones de sus
pacientes que las experiencias del embrión en el útero tienen un carácter formativo para el resto de la
vida de la persona. Sus pacientes recordaron su vida prenatal y se concluyó que muchos trastornos
mentales, emocionales, físicos y aperturales, se derivan de experiencias en el útero, al igual que las influencias positivas también quedan impresas en el cerebro.

Los problemas espirituales o aperturales, son relacionales, van más allá de lo emocional y lo meramente sentimental; son problemas afectivos. Las emociones se arreglan fáciles, los sentimientos se arreglan con el tiempo y los afectos se mantienen heridos y se infectan, si no se da una sanación, una curación intencional desde el «Nosotros».

Los afectos no los puede curar uno a sí mismos. Los sentimientos y las emociones sí, con la razón y la voluntad, pero los afectos no, se requiere un tú que ame y un yo herido que se siente amado y sana.

Hasta la década de los 80 se había pensado que el feto era carente de sensibilidad, pero fue entonces
cuando comenzaron a publicarse estudios científicos y psicológicos sobre los diversos aspectos de la
vida prenatal que demostraban lo contrario. Científicos, médicos, psicólogos, matronas y otros
especialistas siguen estudiando en la actualidad en este campo.

Desde la antropología, sin disponer de evidencias empíricas por vía experimental, sino con evidencias esenciales por vía fenomenológica, se puede mostrar, y así lo hacen autores como Max Scheler, Edith Stein o Leonardo Polo, que la persona desde el primer instante de su concepción cuenta con una sensibilidad extramental en acto, aunque la mente no se haya desarrollado todavía. Esa sensibilidad nos mantiene en conexión con el origen y todo lo originado y capta el amor- en todas sus manifestaciones: como miedo, indiferencia, amor egocéntrico o amor maduro.

La Epigenética

Ya en 1939 Waddingtonen definió la epigenética como «el estudio de todos los eventos que llevan al desenvolvimiento del programa genético del desarrollo».

La epigenética (del griego epi, en o sobre, -genética) es el estudio de los cambios heredables en la expresión génica que no implican cambios en la secuencia del ADN. Los factores epigenéticos pueden ser modificados por el ambiente, lo que sugiere una relación entre el ambiente y la expresión génica que puede influir en el desarrollo emocional del niño por nacer.

Se ha descubierto que los factores ambientales, como el estrés materno y el estilo de vida de la madre, pueden afectar la expresión génica en el feto y, por lo tanto, el desarrollo emocional del niño. Por ejemplo, la exposición materna al estrés durante el embarazo puede influir negativamente, especialmente en los genes relacionados con el desarrollo del cerebro y del sistema nervioso. Esto puede aumentar el riesgo de problemas emocionales y de comportamiento en el niño más adelante

La nutrición materna también puede afectar la expresión génica en el feto. En concreto, la falta de ácido fólico y otros nutrientes esenciales durante el embarazo puede aumentar el riesgo de problemas emocionales y de comportamiento en el futuro.

Es, por tanto, importante asegurar un ambiente saludable y protector durante el embarazo para mejorar el bienestar emocional del niño por nacer.

Por otro lado, la vida se desarrolla a partir de la información contenida en los genes del óvulo fecundado, pero también de la información que le llega de la madre, del padre (si acompaña durante el embarazo) y de todo el entorno. La actividad de los genes, y por tanto el desarrollo de las células, también dependen de factores externos. Los genes cambian su función como resultado de las influencias ambientales. Bruce Lipton, uno de los pioneros de esta rama de la ciencia destaca la influencia de los futuros padres en el comportamiento de los genes de sus hijos. Dependiendo de la naturaleza, intensidad y calidad de la estimulación que reciben los genes, la función de un gen se activa y la del otro no. El capital genético inicial es así cambiado por las influencias del medio ambiente.
Además, los nuevos descubrimientos científicos están derribando creencias obsoletas sobre los roles de hombres y mujeres, alentando a los hombres a abrir sus corazones y aceptar su papel como padres desde la concepción. Para que la futura madre pueda cumplir el papel de «primera maestra» que la naturaleza le ha regalado, necesita el apoyo del padre. Los padres tienen experiencias enriquecedoras que afectan no solo a su pareja, sino también a su futura familia y, en consecuencia, a la sociedad en su conjunto. Son educadores conscientes de su hijo desde la concepción.

La educación es la formación que intenta ayudar a un ser humano a desarrollar su potencial de una manera integral u holística.

Al feto no hay que enseñarle nada, sino dejar a la naturaleza que haga su trabajo de manera natural con la colaboración amorosa de los padres y el entorno. Para desarrollarse de manera armónica, el niño debe sentirse deseado y recibir el amor que sus padres le van a transmitir a través de su vida cotidiana.

La etapa prenatal es sensible a diversos estímulos, tanto internos como externos. Durante el desarrollo fetal, se van formando y madurando diferentes sistemas sensoriales que le permiten al feto percibir el entorno que lo rodea y responder a él.

Algunos ejemplos de la sensibilidad del feto en la etapa prenatal incluyen:

  • Sensibilidad táctil: Desde temprano en el embarazo, el feto es capaz de sentir el contacto físico a través de las paredes uterinas. A medida que se desarrolla, el feto también puede responder a diferentes tipos de estímulos táctiles, como la presión o el movimiento.
  • Sensibilidad auditiva: A partir de la semana 16-20 de gestación, el feto ya es capaz de oír sonidos
    provenientes del exterior del útero. A medida que se acerca el momento del parto, el feto reconoce la voz de su madre y otros sonidos familiares.
  • Sensibilidad visual: Aunque la percepción visual del feto aún no está completamente desarrollada, es
    capaz de detectar la luz y la oscuridad a través de las paredes uterinas.
  • Sensibilidad química: El feto también puede detectar y responder a diferentes sustancias químicas
    presentes en el líquido amniótico, como los sabores y los olores.

Es importante destacar que los estímulos que recibe el feto en la etapa prenatal pueden tener un impacto
en su desarrollo y bienestar, por lo que es fundamental que la madre cuide su salud y evite la
exposición a sustancias tóxicas o situaciones estresantes. También se ha demostrado que la
estimulación prenatal positiva, como la música o la voz de la madre, puede tener beneficios para el
desarrollo cognitivo y emocional del feto.

La música suave y relajante ayuda a crear un ambiente tranquilo y placentero para la madre y el bebé, lo cual tendrá efectos positivos en ambos. Además, es una forma de fomentar la comunicación, ya que el feto puede percibir los sonidos y las vibraciones a través de la barriga. Hablarle, cantarle y hacerle sentir su presencia pueden ayudar a crear un ambiente de tranquilidad y amor que favorece el desarrollo emocional y cognitivo del bebé ya que puede percibir la voz y las vibraciones del habla.

“Cantar juntos mejora enormemente el estado general de las madres. Ahora dan a luz a niños más fuertes y equilibrados que están contentos y se adaptan fácilmente a las nuevas situaciones, lo que es un signo de una psique equilibrada, un rasgo que es muy útil en el mundo de hoy.” (Marie-Luise Aucher)

Un entorno armonioso, la buena relación entre los progenitores, el bienestar físico y psicológico de la madre, promueven el desarrollo físico, mental y espiritual del niño. La madre y el padre pueden “educar” y transmitir amor y seguridad a su hijo durante el embarazo y comunicarse con él.

El vínculo materno-fetal, la Haptonomía

Las mujeres embarazadas hablan a su bebé y acarician intuitivamente su vientre con las manos. Pero este tipo de comunicación con el niño también puede ser estimulada y promovida conscientemente.

Es maravilloso cuando el padre también establece ese contacto con su hijo. Si los padres piensan en el niño y le hablan con amor en esos momentos, el niño sentirá y se alimentará de ese amor. La conexión espiritual entre él y sus padres se profundizará y fortalecerá.

El científico holandés Frans Veldmann encontró muy importante este tipo de encuentro entre los futuros padres y su hijo y desarrolló métodos para ello que dio a conocer bajo el término «Haptonomía» (Ciencia del sentimiento y de la vida afectiva –de la afectividad– que estudia y describe los aspectos del contacto táctil, las interacciones y las relaciones afectivas entre los seres humanos a través del tacto, con la finalidad de ayudar a las personas a recuperar su salud física, psíquica o afectiva, o de facilitar la maduración de sus facultades humanas).

Varias investigaciones publicadas en libros y revistas científicas avalan la efectividad de su práctica. La haptonomía ha sido presentada en varias Jornadas de Introducción en hospitales universitarios españoles como La Paz en Madrid (1988), Valle d’Hebron en Barcelona (2001), en Facultades de Medicina: Zaragoza (2000), Oporto (2007), y en la Escuela de Ciencias de la Salud de Zaragoza (2006) y en las Escuelas de Enfermería de Lisboa (2007) y de Coimbra (2007) en Portugal. Con la declaración de Interés Sanitario de la Generalitat de Cataluña, del Gobierno de Aragón, del Colegio Oficial de Médicos de Zaragoza y de la SEGO (Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia)

El vínculo materno-fetal es la relación emocional que se establece entre la madre y el feto durante el embarazo. Este vínculo es muy importante para el desarrollo emocional y psicológico de ambos.

La madre experimenta una serie de cambios hormonales y emocionales que pueden afectar su estado de ánimo y su capacidad para conectar con el feto. El vínculo materno-fetal puede ayudar tanto a la madre como al niño que está por nacer a mejorar su bienestar emocional y físico.

La exposición del feto a la voz y el tacto de su madre puede ayudar a regular su ritmo cardíaco y a disminuir su nivel de estrés. También se ha observado que los bebés cuyas madres han establecido un vínculo emocional positivo durante el embarazo tienen una mayor capacidad para regular sus emociones
después del nacimiento.

El vínculo materno-fetal también puede influir en la relación que la madre y el bebé establecen después
del parto. Una conexión emocional fuerte durante el embarazo puede ayudar a la madre a sentirse más
segura y confiada en su capacidad para cuidar a su bebé, lo que puede mejorar su bienestar emocional
y su capacidad para establecer un apego seguro con el recién nacido.

La Psicología del Desarrollo

La Psicología del Desarrollo, que es la rama de la psicología que estudia la forma en la que los seres
humanos cambian a lo largo de su vida
, también reconoce que la etapa prenatal puede ser un momento crítico para el bienestar emocional y psicológico del niño. Durante este período, el feto es particularmente vulnerable a experiencias traumáticas que pueden afectar su desarrollo emocional y cognitivo a largo plazo tales como la exposición a sustancias tóxicas, infecciones, malnutrición, estrés materno, entre otros.

En la Educación Prenatal Sensible, desde el primer momento se reconoce al futuro niño su contribución como miembro de la familia y su capacidad de generar amor, esperanza, alegría a su alrededor. Este medio-ambiente propicio (festivo), hace que el embarazo se viva como la preparación de una gran Fiesta: el nacimiento, en la que los preparativos ya son parte de la fiesta, el Bebé es el gran protagonista (el REGALO) y los padres los anfitriones.

Todo lo que la madre experimenta, el niño lo experimenta con ella. Las experiencias, ocupaciones, pensamientos y sentimientos de la madre sirven como los primeros «bloques de construcción» para la salud, el mundo emocional, la forma de pensar y la capacidad de relacionarse del niño

Por otro lado, durante el parto pueden suceder acontecimientos negativos, como la falta de oxígeno, la asfixia, una cesárea de emergencia, violencia obstétrica que afecta a la parturienta… Estas experiencias pueden afectar el bienestar físico y emocional del recién nacido, y en algunos casos, pueden aumentar el riesgo de desarrollar problemas emocionales y cognitivos a largo plazo.

Es importante que los padres y los profesionales de la salud reconozcan la importancia del desarrollo
fetal y del nacimiento, y tomen medidas para minimizar los riesgos. Esto puede incluir la promoción de
estilos de vida saludables durante el embarazo, el tratamiento de enfermedades y problemas de salud
materna, la atención adecuada durante el parto y el seguimiento y tratamiento de los problemas de salud
física y emocional del recién nacido.

Conclusión

Gran parte del conocimiento científico de las últimas décadas ha demostrado que, durante el embarazo,
el desarrollo prenatal tiene un impacto significativo en el futuro del niño, su salud y su felicidad están determinadas en gran medida por la forma de vida de la futura madre.

La Educación Prenatal Sensible es una práctica que busca preparar a los futuros padres para el cuidado
y el bienestar del bebé por nacer. Se trata de una educación que se enfoca en el desarrollo emocional
del feto y en cómo el ambiente prenatal puede afectar su desarrollo, tanto físico como emocional

El embarazo es un período emocionante, pero también puede ser estresante y desafiante. La Educación Prenatal Sensible puede ayudar a los futuros padres a prepararse para los cambios emocionales y físicos que se presentan durante el embarazo, así como para el cuidado del niño por nacer. Los padres que están bien informados sobre el embarazo y el cuidado del feto tienen una mayor confianza en sus habilidades como padres, lo que les llevará a vivir este acontecimiento con mayor satisfacción y seguridad en su papel como padres.

Además, la Educación Prenatal Sensible puede ayudar a los padres a entender la importancia del ambiente prenatal para el desarrollo del feto. Los futuros padres aprenden sobre cómo el estrés, la
nutrición y otros factores pueden afectar el desarrollo emocional del feto, lo que les permite tomar
medidas para asegurar un ambiente saludable y protector durante el embarazo. También aprenden a
reconocer las señales de estrés y ansiedad en sí mismos y en su pareja, y cómo pueden manejar estas
emociones de manera efectiva.

La Educación Prenatal Sensible fomenta una mayor participación del padre en el embarazo y el cuidado del feto, lo que le permite sentirse partícipe e involucrado en el embarazo y en la vida del niño por nacer y a establecer un vínculo emocional antes del nacimiento, lo que mejorará su capacidad para cuidar a su hijo en el futuro.

La Educación Prenatal Sensible también tiene beneficios a largo plazo para el niño. Los padres que están bien informados y educados sobre el desarrollo fetal y la crianza tienden a ser más cariñosos y comprensivos con su hijo. También están mejor equipados para detectar y tratar problemas emocionales y de comportamiento que puedan surgir.

Es importante que los futuros padres consideren la Educación Prenatal Sensible como una herramienta importante en su preparación para la paternidad.

Bibliografía

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