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Sobreexcitabilidad
by Luis Manuel Martínez Domínguez / marzo 8, 2023

Las neuronas espejo en personas sobreexcitables

Las neuronas espejo en las personas sobreexcitables (PS) o altamente sensibles (PAS) son muy activas. Las neuronas espejo nos permiten comprender lo que el otro está experimentando al observar y al observar al otro, tendemos a sincronizarnos como un baile de afectividad biológica. En las PS o PAS las neuronas…

Las neuronas espejo en las personas sobreexcitables (PS) o altamente sensibles (PAS) son muy activas. Las neuronas espejo nos permiten comprender lo que el otro está experimentando al observar y al observar al otro, tendemos a sincronizarnos como un baile de afectividad biológica.

En las PS o PAS las neuronas espejo están más activas, puedes sentir más empatía y compasión por los demás y el efecto sincrónico es para lo bueno y para lo malo más intenso. Son mucho más dependientes de campo.

Cuando los entornos son positivos, las neuronas espejo hacen que la persona prospere de manera confiada hacia espacios de gran creatividad y efectividad, pero si el entorno es disfuncional, inmaduro, sentimentalista, racionalista o voluntarista, esas mismas neuronas espejo llevan a una especie de cortocircuito entre la sensibilidad del corazón y la sensibilidad de la mente. Puede ser tal vez, una de las razones que activan la desintegración en la interioridad de la persona, de la que teoriza Dabrowski.

Es como cuando llevas caminando durante días y los pies se llenan de ampollas. La persona es analizada en un paseo por la ciudad de destino con su cazado estupendo para caminar, pero lo que no se ve son sus pies llagados. Esa hipersensibilidad, irritabilidad, ante un paseo cotidiano no es consecuencia del reto actual, sino de la herida de rozamiento que la persona arrastra y debería cicatrizar antes de dar el inocente paseo urbano.

Primero deberá quitarse ese calzado tan estupendo, que lo es si no hay ampollas. Luego se tratan las ampollas y se va con zapatillas con los pies al aire para que se sequen las heridas y cicatricen con la regeneración de la piel.

La educación sensible requiere del arte de la podología del corazón.

Debe indicarse que la persona cuando es observada en su comportamiento y se encuentra en un entorno favorable, no se puede ser presentista y considerar que el puro presente es lo que nos impacta.

Toda persona vive los impactos en el presente, pero no todos los impactos son del presente.

En el presente nos impacta el pasado como recuerdos, como memoria, como aprendizaje, como amor, como desamor, como miedos, heridas y culpas.

En el presente nos impacta el futuro como expectativas, como imaginación, como creatividad, como esperanza, como vacío, como preocupación

En el presente nos impacta el presente como vivencia, como percepción, como asombro, como aburrimiento, como docilidad, como resistencia, como comprensión, como indiferencia, como fe, como frustración, como aceptación.

Cuanta mayor es la sobreexitabilidad de la persona, más impactante es este coctel de impactos que requieren desde la infancia una educación sensible para aprender a gestionarlos con alegría.

Si su crianza ha sido realizada en un entorno inmaduro y sus decisiones más importantes han estado bajo la propia manipulación mental de la necesidad de compensar la carencia afectiva que ocasionó esa disfuncionalidad familiar inicial, la persona esta rota por dentro y puede no explicarse: “¿cómo es posible que le afecte todo tanto, si es muy bueno y por lo general, los de su entorno le tratan bien? Pero la persona no quiere que sus iguales le traten con caridad, con condescendencia, sino con justicia, con igualdad, con libertad, con fraternidad, con interdependencia.

El amor paternalista de un igual es verticalidad dominante, posiblemente por una actitud defensiva ante el igual al que no comprende o al que teme porque le hace sentir que no controla o le lleva a experiencias que no controla y no quiero ir, y prefiere dominarle a mostrar su propio temor a lo nuevo.

Y esto en el caso del amor paternalista, pues no es infrecuente que se manifieste como miedo supremacista que es incluso más violento en todas sus manifestaciones.

La persona de alta sensibilidad “reflejan” el comportamiento de la otra persona con momentos en los que ella misma se ha comportado de esa manera, pero no porque lo recuerde necesariamente en la mente, sino que lo reconoce en su sensibilidad, lo que le lleva a interpretar lo que le está pasando al otro.

Lo que ocurre es que el otro, si no es igualmente sensible, no está vivenciando la situación del mismo modo y por eso, a veces la persona sensible, espera que el otro responda a ciertos estímulos o propuestas, de forma más constructiva y sufre abrumada, “¿cómo es que no se da cuenta?”, “Si yo hiciera lo que esta persona está haciendo, no podría dormir”, pero es que esa otra persona tiene mucha menos sensibilidad y puede no estar sufriendo demasiado.

“Tendrá que reaccionar en algún momento y dejar de ‘pisarme’”, pero es que no considera que te esté pisando. Ni cae en la cuenta. O al menos no lo considera nada significativo.

Las PS o PAS no sólo aprenden más sutilezas y son mejores imitadores de mensajes no verbales, sino que, además, les hace sentir una empatía y compasión por los demás de tal calibre que pueden vivenciarlo del otro como vivencia propia, lo que supone un contagio emocional que puede ser muy contraproducente, hasta el punto de “saltársele los plomos”, es decir, que la persona se insensibiliza y empieza a mostrarse insensible; como quien se desmalla ante un dolor muy intenso.

Las PS o PASA no tienen más neuronas espejo que otras personas. Es que sus sistemas de neuronas espejo son más intensos y activo, lo que puede resultar una locura, que no pueden explicar con palabras, porque parecen captaciones contrapuestas e incoherentes. Por ejemplo, captar que el otro es “malo”, y casi al mismo tiempo, sentirse como que él mismo es el “malo”.

Si ya de suyo las PS o PAS sufren más, conviene saber que puede asumir el sufrimiento de personas que no conocen personalmente, con un efecto que puede ser aún mayor con los seres queridos.

Haciendo una caricatura del rasgo, las neuronas espejo de una PS o PAS puede considerarse un superpoder y a la vez un grave inconveniente: su kryptonita. Por ejemplo, no poder ver el mismo programa de televisión que todos los demás porque es demasiado violento o no podemrse dedicar a ciertas tareas de servicio relacionadas con el sufrimiento de las personas. Pero también es lo que te hace cálido, cariñoso e increíblemente perspicaz sobre lo que están pasando otras personas, y en ese sentido, son ideales para estar con personas que están sufriendo.

Mi conclusión es la educación sensible. Aprender a gestionar la propia sensibilidad para ser dueño de las propias emociones y no que las emociones se adueñen de la PS o PAS. A su vez, que aprenda a gestionar la sensibilidad para mantenerla bajo control y aprender dosificarse en la vida. Y tantos otros aspectos, que se trabajan desde la educación sensible.

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